El próximo domingo cerca de 15 millones de chilenos concurrirán a las urnas para decidir si se reforma la Constitución vigente desde el gobierno de Augusto Pinochet. El plebiscito surgió por un acuerdo político alcanzado en noviembre del año pasado para apaciguar las protestas que tuvieron lugar desde octubre de 2019.
Para gran parte de la ciudadanía chilena la reforma constitucional supone la posibilidad de que se incluyan en la carta magna derechos sociales, como el acceso a la educación, a la salud o al agua potable.
Sin embargo, en el texto puesto a consulta solo se pregunta: “¿Quiere usted una nueva Constitución? y “¿Qué tipo de órgano debiera redactar la nueva Constitución? (una asamblea formada en un 50% por constituyentes elegidos para ese fin y en 50% por actuales miembros del Congreso) o Convención Constitucional (conformada en un 100% por constituyentes elegidos para ese fin).
Según los últimos sondeos de opinión pública, la opción del “Apruebo” una nueva Constitución, redactada por constituyentes elegidos específicamente para esos fines, es apoyada por más de 70% del electorado.
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